viernes, abril 02, 2010

Onirica de tu ausencia (A.E)


Esta noche mi mano cerrada se aferra al calor de la sombra que dejo tu alma en cada línea de mi vida, ahora la toco con paciencia buscando historias que de ella han surgido para encontrar algo de tu ser, que me anime a pensar que no estás muerto y que tu ausencia es solo la prolongación de un silencio que nos une en el recuerdo de nuestra única noche juntos…
Vagos sentimientos tengo de todo aquello, pero en mi mente surgen como tormentas de fuego las imágenes de tu sonrisa y de un abrazo que parecía un eclipse… tu mi noche yo una estrella, juntos pero lejanos uno del otro… Como pudo mi voz no ahogarse en tu presencia y no sucumbir ante el tiempo que me amenazaba a cada momento que pasaba y que nos alejaba pues un adiós se acercaba y el transcurrir de la noche no era más que un pequeño equinoccio que se perpetuaba en el brillo de tus ojos. Se entrelazaron nuestras manos como tus palabras en mi piel y allí en medio de toda esa soledad que nos acompaño te me robaste algo que no he podido recuperar desde entonces y que espero aun le guardes dentro de tu pecho como el vacio que cargo y que me hace pensar con devoción que un día de estos cuando vuelvas le des a este pequeño espacio que tienes en tu corazón el aliento de vivir una noche más albergado entre tu presencia…
En la oscuridad que he vivido todas esas noches después de ti; algunas veces he caminado por senderos llenos de rosas que huelen a ti y que al tocarlas sus espinas se entierran tan dentro como mi voz que ahogo para no afligir tu corazón con mi lamento, lamo mi sangre y rindo un tributo al aire, para que este te de tantas caricias como pude darte y que ahora las tienes en manos de un desconocido que alberga en sus brazos, tus sueños que no son míos y que cuido como Orfeo con su música de hadas.
En sueños lejos del infierno entre las espinas del silencio y abrazado a la lujuria de vivir sin ti, sigo lejos de las austeras libranzas del destino. Pensarte se convierte en un réquiem de vida que me da tu voz; renunciare a la lluvia, al sol que me ha sido negado, a las estrellas que tiene designios sobre mi alma, al mar que me dio la vida y en medio del dolor todo dormirá eternamente hasta tu legada y de mi boca tu nombre será pronunciado como el néctar de los dioses para ser inmortales… el amor nunca fue tan lejano y ahora que es utópico llega el fin como la última mirada que lanzaste a mi alma antes de irte para no volver nunca.

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