viernes, enero 28, 2011

GIANNI...



Miro la foto de un hombre que hace que mi corazón deje de latir cuando su voz toca mi piel; y este hombre se hace realidad más allá de mis sueños con su vida loca llena de misterios que me deja en silencio y hace que mi alma me abandone para querer estar a su lado sin medir las consecuencias, sin el temor de sufrir por la distancia que nos ha unido…
Descubro en sus ojos cosas tan bellas que mi pensamiento desvaría y hace que mi vida gire al ritmo de sus latidos que se parecen a un caballo fiero y viril entre campos y bosques, donde su cuerpo brilla entre las oscuridades e incita a amarle con delirio. Sus labios los he sentido entre los míos cálidos, suaves; dándome todo su aliento y dejando una huella indeleble en mi alma. Temo por el día en que su existencia se aleje de mi destino y sus besos (muak) desaparezcan de mi lenguaje y yo quede en su olvido, quisiera vivir no solo en su recuerdo sino ser parte de su piel y caminar por entre su sangre, que ávida limpia toda impureza de la maldad del tiempo que hace que los nuevos días sean llenos de lividez, tú haces que los momentos tengan luz y que mis noches cuando yo duermo existas y que allí en el frio de mis sabanas la sombra de la soledad desaparezca con tus brazos cobijando mi cuerpo entre tus deseos…
Qué bello es amarte, qué bello es pronunciar tu nombre y despertar pensando que algún día te veré a mi lado dormido y besarte los labios y tomarte las manos y abrazarte fuerte hasta dejarte tatuado en mi ser, susurrar tu nombre mientras siento que tu corazón late muy fuerte y tu sangre caliente como lava me quema de placer; que peligroso es amarte pero la vida sin dolor no es igual y deseo vivirla al menos un instante que trascienda en el tiempo para así al morir sienta que yo tuve una parte del cielo cuando tus ojos al mirarme me dicen TE AMO.

viernes, enero 21, 2011

Poema de Dìa



Las melodías de antaño desaparecen
Tu sonrisa lenta y suave cobija mis tristes silencios
Cenizas de un pasado que se consume entre llamas
Revivo el pasado de los bellos días
Que chocan contra mi cuerpo y dejan un hueco
Frio, oscuro como esta noche, donde mis ojos
Esconden el temor que aprisiono impotente en mis manos.

Tuve tus labios tan cerca la ultima vez
Que su sombra humedeció mi piel
Y quemo mi deseo que ávido busca más
Entre las profundas capas de la memoria
Que dejo tu aliento...

El amanecer llega sin gravedad
Los sueños desaparecen y tu partida la deseo eterna
La sombra de tu piel deja un calor
Que con el roce del viento se congela
Y me hace extrañarte un poco más
Cierro mis brazos y aprisiono tu recuerdo
Antes que la última campanada del nuevo día
Me robe tu ausencia de nuevo.