martes, julio 20, 2010

Neuman 2


La brisa del mar acaricia las heridas que guardan las líneas de mis manos, las cuales aferran consigo una flecha dorada que tiene grabada tu nombre, que llega a mi mente como el susurro de los días bellos cuando al inocencia era una virtud que ahora escasea dentro de los placeres mundanos; la herida que genera tu nombre es tan dulce como los retornos furtivos de la memoria, en los que el destino lanzo sus dados y nos cruzo de nuevo en este camino tan lleno de espinas y abismos, mi cuerpo tirado en medio de la arena espera paciente por el corazón que de vida o queme robe la vida…
Llega la noche el espesor de la bruma y la brisa del mar golpea con severidad, las olas del mar llegan cálidas como el abrazo de un ser amado entregándose sin premuras y pienso en ti, qué lejos escapas del temor, del oscuro laberintos de la vida que confabulan en tu contra, tomo mi sangre y la esparzo entre tierra y agua; sea mi sangre tu escudo ante todo lo te hiera y sean disueltos tus detractores entre la sal del mar y enterrados entre las silenciosas huellas de esta playa que desaparecen constantemente…
Amanece y llevo varios ocasos esperando el oír tu voz, pero solo entre pensamientos de agonía veo tus ojos como el firmamento del océano: infinito y austero, tus manos igual que las mías sangraban y tu gesto no es ávido como en anteriores ocasiones, te sentí oscuro y silencioso, te sentaste a mi lado sin decir mucho y mirabas hacia la nada, tome tu mano y bese las heridas como alimentándome de la ambrosia de los que muchos anhelan tener consigo y que ninguno posee… tomaste mi rostro y me miraste a los ojos en ellos no vi nada más que una vacio enorme que me encegueció y me dejo sin palabra alguna, sentí tu dolor tan agudo como el que tu flecha lanzada hacia mí, limpie tus lagrimas saladas y frías, quise hablar pero tus labios me negaron pronunciarte algo que desee decirte al momento de ver tus ojos, tus beso duro un segundo; un siglo; una eternidad; un suspiro; un sueño... temí por perderte y me lance al vacio de tus pupilas aferrándome a tu ultimo lamento escuchado por mí en sueños, tratando acallar toda esa angustia que se formo entres tus horas de insomnio sin ver la luz, sin sentir alivio alguno…
Me vuelvo luz tocando tu piel, hoy no hay luna y el firmamento lleno de constelaciones nos muestra el camino que te llevara lejos de las austeridades y aunque ello te aleje de mi, seré feliz con tu paz; que me dará las fuerzas para dar mis pasos uno enfrente del otro, sin alejarme mucho de este océano esperando con algo de esperanza que si deseas volver mis manos serán tu sostén, mis brazos tu regazo, mi piel tu escudo, mi voz la que te arrulle, mis ojos la ventana a tus dudas, mi cuerpo el cimiento de tus temores para derrotarlos y mi corazón tu hogar…

3 comentarios:

  1. Quien es él?...La mirada mas penetrante y mas llena de deseo de correr que he visto, es fuerte pero en su oscuridad esconde un sentimiento de tristeza,me parece que fue bien escogida para el escrito...

    Oscar Bedoya Rodriguez
    Ing

    ResponderEliminar
  2. sensacional la mirada del chico,como lo pregunta Oscar ,quien és?,puedo pedirte la imagen para colocarla en mi computadora?,que buen escrito,buena conexion..


    Sebas Jara

    ResponderEliminar
  3. Huy como se nota que lo amas,que buena forma de demostrar una conexion,con todo respeto me encanta la fuerza que demuestra tener tu pareja,me encanto

    ResponderEliminar