domingo, diciembre 05, 2010



Lejos de las auroras grises, con el sonido de los relojes y latidos del corazón sincronizados, tratando de respirar sin temor de perder tu rastro en este universo lleno de constelaciones, de profecías y de un silencio tan infinito que mis gritos se pierden entre los agujeros negros de tu olvido; miro ahora las lunas de planetas distantes para saber si allí has dejado tu huella de sangre y vida, pero solo encuentro cenizas de tu existencia, es como si todo lo bello te hubiera atrapado, porque entre la lluvia , el mar, las estrellas, el suelo y el cielo; tu nombre, tu olor, tu lirica sonrisa y el sonido de tus pasos permanecen en este mundo y fuera de él, pero tu presencia es negada a mis ojos que solo perciben tu paso por el tiempo como un espejismo que se disuelve en los recuerdos, en la muerte que omiten tu éxodo  fuera de mi piel.
Tomo de mi pasado los brillos de una historia que ha quedado pausada en el tiempo y que se repite día tras día sin parar, dejando siempre el mismo sabor de abandono en mi mirada que ha quedado vacía y que siempre busca en los horizontes de cada la caída el sol un rastro, una salida a este círculo de fuego que genero el corazón de hombre solitario y que en penumbras ilumina los caminos desolados de memorias que se van durmiendo entre la existencia de los besos dados, las caricias perdidas, los abrazos sutiles, las miradas tiernas, las voces que recorren los pensamientos, las noches sin estrellas, los días de lluvia y tu amor dentro de mi alma y entre las líneas de tus manos mi vida y en las mías un secreto de tu corazón que no descifro desde que las metáforas de tu ser emigraron solo dejando este frio.
Puedo sentir tu respiración cerca a mi pecho, tu mirada vigilando los días en que espero una llegada, tengo dentro mío el mundo entero de tus locos momentos de la hermosa demencia que significa amarte, del dolor punzando con la felicidad de la mano, agarrando las espinas de rosas que dejaste en el camino y que sigo como la única pista que me lleve a ti… ríos de sangre bañan este paisaje donde navegan perdidos los miedos que naufragan y hacen que mi tristeza desaparezca para darle un nuevo fin a nuestros instantes de soledad... 

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